Mapa DDHH Sahara

Los restos no son la identidad del desaparecido, son algo de lo que queda de nosotros cuando pasamos a ser del mundo de los que ya no están. Pero sus restos están aquí. Hablan cuando salen de la tierra, porque cuentan algunos de los secretos que otros quisieron ocultar para siempre. Los familiares de los desaparecidos saharauis, como tantos otros en tantos países, quieren saber la verdad. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Quiénes fueron los responsables? ¿Por qué? ¿Cuál fue su destino? Si fue enterrado, ¿dónde están sus restos? Que nos los den. Enterrarlo. Visitarlo. Una visión para el futuro. Durante veinticinco años, escucharon que sus familiares se habrían ido al Polisario, que estarían en Mauritania o en Tinduf. Después de 34 años, el Estado de Marruecos dijo que 207 nombres habían fallecido. De la mayoría dijo un lugar, aunque sabemos que, al menos en algunos casos, no es verdad. No dijo qué fue lo que pasó. Ni quienes fueron los responsables. Ni por qué. Ni cuál fue su destino. Ni dónde están los restos. Ni enterrarlos. Ni visitarlos. De otros 144 dijo que sabía su identidad pero no los nombró.

Pero tienen un sueño. En el Sáhara Occidental, una comisión independiente investiga los casos, visita los lugares. Exhuma las fosas. Identifica los restos. Los devuelve a sus familiares. Les explica lo que pasó. Los familiares pueden hacer sus ceremonias, su proceso, incluyendo su memoria de los que ya no están y la sanción a los responsables. Aceptar la pérdida como definitiva e, inmediatamente, abrazarlos porque están con ellos.

Memorias Nómadas

Carlos Martín Beristain

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