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Pensando en ti: cinco mil faldas y vestidos en defensa de las mujeres supervivientes
de violencia sexual durante la guerra

Kosovo

En junio de 2015, las mujeres kosovares llevaron a cabo la acción Mendoj per ty (Pensando en ti), que consistió en la instalación de más de 5.000 vestidos y faldas colgadas en 45 líneas de cuerdas que cruzaban todo el estadio de fútbol de la capital, Pristina, con el fin de contribuir a la visibilización y reconocimiento de las mujeres supervivientes de violencia sexual durante la guerra. La acción fue ideada por una artista kosovar y para su preparación numerosas mujeres aportaron prendas en todo el territorio y en la diáspora (https://www.youtube.com/watch?v=8FL3p9nEUHY).

Durante la guerra en Kosovo (1996-1999) entre el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) y las fuerzas serbias y yugoslavas, y entre éstas y la OTAN, la violencia sexual fue utilizada como arma de guerra e instrumento de limpieza étnica. Las estimaciones varían, pero se calcula que se cometió violencia sexual contra unas 20.000 mujeres albanesas por parte de militares, policías y paramilitares serbios. A pesar de la escala de este crimen, que también se dio -aunque en menor medida- por parte de combatientes albaneses contra mujeres serbias, ha prevalecido el silencio y la falta de acompañamiento de las supervivientes, a excepción de las organizaciones de mujeres en Kosovo, que son quienes han protagonizado la denuncia de esta violencia. En Kosovo, el movimiento de mujeres se compone sobre todo de activistas participantes en más de cien organizaciones que conforman la Red de Mujeres de Kosovo (Kosovo Women’s Network, KWN) (http://www.womensnetwork.org/), la articulación más importante en la lucha a favor de los derechos de las mujeres en el país, incluidos los derechos a la verdad, la justicia y la reparación.

La acción Pensando en ti contribuyó a romper el silencio de más de una década sobre la violencia sexual contra las mujeres en el conflicto armado, ya que interpeló de manera directa a toda la sociedad kosovar. La instalación jugaba con la idea de “airear los trapos sucios en público”, es decir, exhortaba a dejar de tratar la violencia sexual como un asunto privado y a reconocerla como una cuestión pública que requiere una respuesta social. A su vez, la acción reivindicó que las prendas colgadas están limpias, igual que las mujeres supervivientes, quienes no fueron responsables de la violencia sufrida (https://www.theguardian.com/world/2015/jun/11/kosovo-sexual-violence-survivors-art-dresses). Se trata un mensaje importante contra la frecuente culpabilización de las mujeres por los crímenes sexuales cometidos contra ellas, un mensaje lanzado además desde un estadio de fútbol, símbolo de masculinidad y espacio habitual de expresiones sexistas. Durante años, las supervivientes de violencia sexual kosovares no han tenido ningún apoyo. Ante un tipo de violencia que se sigue vinculando con la pérdida del honor de ellas y de sus familias, la mayoría de las víctimas no han denunciado los hechos por miedo a ser culpadas, estigmatizadas o incluso expulsadas de sus familias y comunidades.

Iniciativas como ésta, así como la propia labor de la Red de Mujeres de Kosovo, han permitido dar pasos hacia el reconocimiento jurídico y social de las mujeres supervivientes de violencia sexual como víctimas de guerra.